Desde hace unas semanas, la locura por los NFT (Non-Fungible Tokens) está creando un debate incesante sobre cómo las criptodivisas podrían emplearse para comprar y vender contenido digital. Hablamos de cualquier cosa: una fotografía, un tuit, un clip de audio y hasta el meme que te hizo morir de risa hace unos días. Ahora cualquier cosa es susceptible de comprarse y venderse como un activo digital al igual que sucede con las obras de arte físicas. ¿Cómo? Gracias a la tecnología Blockchain.
Ahora imaginaos por un momento cómo sería poder comprar y coleccionar nuestros tuits y memes favoritos como si de estampas de fútbol se tratara. Bienvenidos al apasionante mundo de los NFT y lo que está por llegar.
¿Por qué un cuadro de determinado artista vale una cantidad y la de otro una cantidad totalmente diferente? Y un póster, un disco o un cromo firmado, ¿cómo podemos estar seguros de que es una firma auténtica? Son preguntas que nos podíamos hacer con objetos físicos, pero que con el contenido digital adquieren una nueva dimensión.
Los NFTs son la nueva fiebre del oro, al menos una prole de artistas (a los que se han unido algunos influencers y avispillas) que ahora tienen la oportunidad de poner precio a su obra, sea la que sea. Todo es susceptible de costar cantidades absurdas (o quizás no), como ya nos enseñaron los Cryptokitties hace años, pero ahora convertir un activo digital (una foto, una animación, un meme, etc.) es realmente sencillo, como también es ponerle precio a esa obra. Que luego alguien pague ese precio es otra cuestión, pero lo cierto es que si algo demuestran los NFTs es que si eres creador, tienes una oportunidad fantástica para ganarte la vida con tu arte.
¿Soy dueño o no?
Y lo cierto es que esto puede aplicarse a todo tipo de contenido en Internet. Si bien la idea de comprar un activo digital es un concepto difícil de entender, porque contradice la idea de que el contenido digital es infinitamente replicable. Es decir, cualquiera puede hacer clic derecho y descargar una imagen de la web. O en el caso de un tuit o un meme o un video de TikTok, pueden retuitearlo, compartirlo o hacer una captura de pantalla. Es más, una publicación en redes se puede eliminar en cualquier momento y el nuevo “propietario” del mismo no lo controla. ¿Cómo se puede garantizar esa posesión?
Cada NFT es único y actúa como un artículo de colección que no se puede duplicar ni borrar, lo que hace aún más raros y exclusivos.
A diferencia de la música o el cine, si compras uno de estos bienes su propiedad es absolutamente tuya. No compras una licencia para ver la película o escuchar la canción, sino que ese bien intangible es completamente tuyo. En muchos casos, en la venta se especifica qué derechos tienes sobre ese bien.
Es probable que como sucede con otras fiebres del oro reciente , solo unos pocos acaban ganándose la vida con este nuevo modelo de negocio, pero ciertamente los NFTs plantean una pequeña revolución a la hora de distribuir y comercializar activos digitales.