Es probablemente la disciplina técnico-científica con más potencial de los últimos años, la que plantea una revolución sin parar en nuestro mundo, la inteligencia artificial.
Los comienzos de la inteligencia artificial
Año 1956. Allen Newell, Herbert Simon, Marvin Minsky, Arthur Samuel y John McCarthy se reúnen en el Dartmouth College. Aquella reunión acabaría con un optimismo exagerado: no solo crearon de la nada la disciplina de inteligencia artificial: todos creyeron que desarrollar esa capacidad y dotar a las máquinas de la capacidad de pensar sería fácil.
¿Qué es la inteligencia?
No es fácil establecer qué es la inteligencia artificial porque de hecho no logramos ponernos de acuerdo a la hora de definir qué es la inteligencia.
Muchas han sido las definiciones que se han ido dando a lo largo del tiempo, pero entre una de las más populares en los últimos tiempos está la de Robert Sternberg, psicólogo de la Universidad de Yale. Este académico define inteligencia como la actividad mental que sirve para adaptar o conformar entornos relevantes para nuestra vida personal.
Inteligencia artificial débil (o estrecha)
Este tipo de sistemas son capaces de resolver problemas muy bien definidos y acotados. La inteligencia artificial débil es la que ha provocado la verdadera explosión de esta disciplina en los últimos tiempos: se han aplicado distintas técnicas como aprendizaje máquina o aprendizaje profundo para lograr resolver problemas específicos, y los resultados han sido excepcionales.
Los modernos asistentes de voz son un buen ejemplo de esos casos de inteligencia artificial débil, como también los que están comenzando a aplicarse para el diagnóstico médico o incluso esos bots que se incluyen en los videojuegos y que juegan contra (o con) nosotros para plantearnos un reto con el que nos sintamos motivados y disfrutemos.
Inteligencia artificial general
Mucho más ambiciosa que la inteligencia artificial débil es la inteligencia artificial general, que permitiría resolver cualquier tarea intelectual resoluble por un ser humano. Esta inteligencia artificial sería multitarea y podría hacer cientos, miles de cosas distintas bien.
Inteligencia artificial fuerte
Dicho tipo de inteligencia artificial iría más allá de emular y superar a los seres humanos en la realización de cualquier tarea. Al tomar consciencia de sí misma, sería capaz de (teóricamente) resolver cualquier problema y podría contar con una experiencia subjetiva propia, o ser capaz de sentir emociones. Entramos en un terreno escabroso en el que sería necesario hablar de los desafíos éticos que la aparición de dicha inteligencia artificial plantearía.