Los servicios de streaming se vieron favorecidos con un mayor consumo por parte de las audiencias durante la pandemia debido a los confinamientos. Y con el aumento de consumo, la oferta de plataformas también creció de manera acelerada, teniendo diversas opciones para adquirir planes o membresías para ver los contenidos.
Sin embargo, esa misma diversidad ha ocasionado que las empresas deban ofrecer contenido exclusivo en sus plataformas para retener al usuario y hacer que contrate su servicio y así poder disfrutar de ciertas series, películas o eventos que de otra forma no podrían ser vistas.
Al no haber opciones para compactar o unificar las plataformas y realizar un solo pago o planes que fusionen la amplia oferta, los usuarios deben pagar al mismo tiempo diversas cuentas en distintas compañías.
Si bien, hay otros planes o empresas intermediarias que ofrecen descuentos para adquirir los servicios, la realidad es que a pesar de poder contratar diversos servicios, la cantidad de contenido en ellas es tan extenso y se renueva de forma tan rápida, que hace casi imposible verlos en el tiempo que se destine a ello. Entonces, el problema se posiciona ya no solo en invertir dinero para contratar los servicios, sino también destinar tiempo y realmente aprovechar el catálogo que hay en ellos, sino prácticamente se hace un pago sin hacer rendir los beneficios.
Algunas de las soluciones para esto las han encontrado los usuarios en compartir cuentas y dividir pagos, de esta forma el gasto económico es mucho menor, además de poder adquirir diversos servicios donde están los contenidos que desean ver, sin la necesidad de contratar de forma individual y maximizar los beneficios a un mayor número de personas a un costo menor.
Otra solución se ha encontrado en el ámbito de la reproducción ilegal de estos contenidos, en sitios web que muestran de manera gratuita series, películas, o eventos y aunque la cancelación de estas páginas es constante, frecuentemente surgen nuevos espacios que mantienen activa esta práctica de consumo.
Es así que la saturación de contenidos y exceso de compañías de streaming están orillando a los consumidores a buscar formas colaborativas para evadir las restricciones y lograr ver lo que quieren pagando poco o nada las productoras o empresas en este ámbito.
Con el fin de los confinamientos obligatorios y el regreso a actividades fuera de casa, la demanda del streaming bajará considerablemente y así mismo sus ganancias, destinando menos tiempo en sus plataformas por parte del usuario y probablemente, el número de suscripciones a diversos servicios.